Todo el mundo se emociona por los nuevos planetas descubiertos, pero pocos saben de la existencia, y menos en que consisten las enanas marrones.
A pesar de ser menos populares, estos objetos son increíbles en muchos sentidos.
Son algo así como un complemento entre planetas y estrellas, no tuvieron el material necesario para llegar a ser una estrella de verdad, pero tampoco tienen la necesidad de estar atados a una para ser importantes (https://es.wikipedia.org/wiki/Definici%C3%B3n_de_planeta).
A pesar que ninguna de ellas es lo suficientemente brillante para ser observada a simple vista y generalmente no se escucha mucho sobre ellas, si pueden tener destellos que llaman la atención en ondas de radio (http://www.nature.com/nature/journal/v410/n6826/full/410338a0.html?foxtrotcallback=true ).
Muchas de ellas empiezan sus vidas casi rozando el estrellato, pero rápidamente su brillo parece decaer, y se enfrían nunca volviendo a ser las mismas.
Sus condiciones físicas únicas, su temperatura, tamaño y que estén solas, sin una estrella que las ilumine, proporcionan un laboratorio perfecto para estudiar sus atmósferas y los procesos que allí ocurren, y quien sabe, quizás en torno a alguna de ellas se encontrarán planetas potencialmente habitables
Las enanas marrones son muy numerosas pero apenas conocemos unas pocas miles, pues su bajo brillo no nos permite ver aquellas más lejanas. Es importante descubrirlas y estudiarlas pues esto nos dará a los astrónomos pistas sobre como es la formación estelar en especial en los objetos de menor masa.
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